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lunes, 11 de septiembre de 2017


Elementos para un posible mito fundacional de Getsemaní, desde la Oralidad.
Eran LOS TIEMPOS DE LA TORTUGA, solo se veía en el ancho Caribe, las grandes cáscaras buscando un poco de sol. la vida existía en su forma primera, accuática. de los versos del poeta Pedro Blas, nos llega el eco de la marina memoria.en el poema Gimaní Total, nos cuentan las voces antiguas, jimaní isla, emerge de la concha gigantesca de la gran tortuga. la mamá tortuga llegó un día a estas orillas, playas. ella buscaba un sitio tranquilo donde dejar su huevos. Entonces encontró un accidentado pantano, incipiente archipiélago. el gigantesco reptil dio de vuelco en tumbo y quedó de patas al Sol. y pasaron los días luna y los días sol. y por tanto pataleo, perdió fuerzas, sus energías se agotaron y dejó su espíritu partir. solo quedó su cascaron, porque sus vísceras fueron el alimento de las aves de rapiñas de aquellos años. Después de muchos veranos y otros tantos inviernos emergió Getsemaní Isla en el archi archipiélago de las aborígenes.
La Corporación Centro de Memoria Getsemaní en un gesto de apropiación de los saberes ancestrales, y de recuperación de estos mismos y en especial, el saber de la oralidad, escogió la Tortuga como símbolo de vida.

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